martes, 19 de mayo de 2015

Apariencias


Estaba apoyada en la barandilla del mirador exhausta mientras con
mucha paciencia recorría su cuello, dudaba sobre si lo correcto hubiese sido
evitarlo o dejar que se deslizase lenta y deliberadamente hasta su pecho.
Cada vez que la tocaba se pegaba más y más a su cuerpo estremeciéndose más y más a cada momento. No era la primera vez que sentía esto, casi siempre se encontraba desprevenida imposibilitándole evitar la situación, ya vivida antes, el invierno pasado también sintió su presencia pero aun así, ella sin saber cómo atajar ese momento. Segundos después, la misma sensación en sus labios, pero esta vez más rápido y más fuerte, con tanta fuerza que incluso se podría decir que le hacía daño. Tuvo que retraerse y acabar con la situación.


La lluvia había empapado su cara, sus manos y el frío calaba su cuerpo.

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